Particularmente me gusta conservar recuerdos de artilugios de pesca antiguos y entre ellos os voy a enseñar estos "jigs" que los pescadores del norte utilizaban para la pesca de palometas, abadejos, meros, etc.
Los utilizaban con lineas de mano de manera muy similar al jigging moderno, dejándolos bajar hasta el fondo y recogiendo dando tirones.
Estaban hechos a mano de unas tiras de plomo a las que les daban una tosca apariencia de un pez, con dos anzuelos muy similares a los "assist hot" de ahora (en Asturias les llamábamos "mamallos"). Para darles brillo los rascaban con una navaja cada cierto tiempo.
Posteriormente se empezaron a comercializar algunos jig mejor elaborados y que representaron un paso más hacia los que se usan actualmente.
Esa transición entre lo artesanal y lo que está hoy día en el mercado ocurrió también con los señuelos de spinning.
Los principios fueros con unas simples piezas de plomo ovaladas o alargadas a las que se les añadían unas plumas de gallo y también mechones de pelo humano o de animales. Estos señuelos llamados "chivos", fueron utilizados con éxito por los pescadores de costa para la lubina en zonas de rompientes y aún hay quien los sigue utilizando con éxito.
En cuanto a la cacea o curricán también ocurrió algo similar aunque en esta modalidad no se empleaban los materiales pesados como el plomo ya que no es necesario lanzar el señuelo pues este se mueve arrastrado por la embarcación.
He sido testigo en mis comienzos de la transición de aquellas cucharillas, chupos de goma y algún que otro modelo de peces artificiales (Crek Chup , Nils Master, Cisco Kid, etc.) hasta la llegada de los primeros Rapala.
La salida al mercado de los primeros Rapala significó un cambio radical en este tipo de pesca.
La salida al mercado de los primeros Rapala significó un cambio radical en este tipo de pesca.
Estaban construidos con madera de balsa y eran muy ligeros por lo que tenían una acción espectacular para aquellos tiempos, los primeros modelos como el "Original" y "Cauntdow " fueron un boom y aunque pronto se deterioraban yo los arreglaba con laca de uñas y seguían pescando. Su único inconveniente era el precio que andaba en torno a las 1.000 pesetas.
Con ellos hice capturas de lubinas muy buenas y de Finlandia me llegó una postal que aún conservo de la casa Rapala con una felicitación personal por utilizarlos. De eso hace ya casi 25 años.
Hoy en dia son muchos los fabricantes que nos ofrecen una gran variedad de productos que rayan con la perfección y que son una tentación para los ojos de los pescadores. A veces me pregunto si se fabrica más para la vista del pescador que para la del pez, pero lo cierto es que en la practica casi todos funciona muy bien a pesar del tremendo marketing.
En fin, con este articulo principalmente pretendo reconocerles a nuestros pioneros su gran mérito ya que su audacia y experiencia ha sido el punto de partida para que nuestros amigos japoneses, finlandeses, etc. nos ofrezcan la gran calidad de señuelos que tenemos hoy.
5 comentarios:
Enhorabuena por blog
Te animo a que sigas escribiendo articulos como este.
un saludo
Hola Jose, enhorabuena por tu blog, me gusta mucho la forma que va tomando. Acabo de descubrirlo por casualidad y además veo que nuestro blog lo tienes entre tus favoritos. Muchas gracias.
Enhorabuena por el blog, este artículo me apasiona...y eso que es sólo plomo.
Saludos
Hola Jose
Enhorabuena por tu blog; tiene buena pinta, sigue así.
Una pregunta.... sabes dónde es posible conseguir esos chivos artesanales de plumas???
Gracias, un saludo.
Los tengo desde hace muchos años, los hacia un artesano de Tazones, pero pienso que no son difíciles de hacer
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